Me apasiona la mente humana, sus encuentros y desencuentros, entender que cada uno tiene una forma distinta de vivir y de sufrir, permite que el encuentro terapéutico se mueva con cada paciente, creo en una atención clínica humana y respetuosa, que posibilite la palabra sin señalamientos ni juicios y que nos lleve a alcanzar nuevas formas de bienestar. Procuro ser fiel a la premisa de que la psicoterapia no tiene porqué ser un espacio abrumador, ni aburrido ni tedioso. Por el contrario,
Busco ofrecer un espacio amable, agradable, a veces con risas y chistes, pero sobre todo un espacio libre y tranquilo para que la palabra tome forma, sentido y acción.